Gracias a la cada vez mayor presencia de internet, la educación a distancia no solamente ha sido redimensionada, sino que parece adquirir un perfil novedoso, sin embargo cuenta con una tradición que hasta el momento ha sido desdeñada, incluso en los más serios estudios de la educación en México.
Lo anterior quedó de manifiesto en la presentación del libro "La educación a distancia en México: narrativa de una historia silenciosa", de los autores Martha Diana Bosco y Héctor S. Barrón, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y que fue comentado por Francisco Cervantes y María Teresa Miaja de la Peña.
A decir de la doctora Gloria Villegas, directora de la Facultad, este libro se suma a los ensayos que son significativos al sentar las bases para estudios que pueden ser abordados inicialmente desde una perspectiva académica y humanística, y que en sus planteamientos proponen tanto su comprensión como su prospectiva.
La educación a distancia es uno de estos fenómenos que adquieren mayor notoriedad cada día en nuestras vidas, pero de los que se desconoce su origen y su desarrollo. Lejos de ser un tipo de educación ajena a nuestra idiosincrasia, ha tenido un papel fundamental incluso para la conformación de nuestra identidad nacional, se dijo durante la presentación.
A diferencia de otros países, en México la educación a distancia se ha identificado con el signo de la marginalidad, tanto en su reconocimiento por parte de las instituciones y los compendios de investigación, como en su proyección preferente para cubrir a sectores sociales no atendidos por la educación convencional.
Es así que nace ya como organización educativa con el sistema lancasteriano, promovido por el Estado desde 1822, con el propósito de impartir educación primaria a sectores desprotegidos en la capital del país, y que paulatinamente se extendería como política oficial a todo México. Sus métodos educativos permitían que un solo profesor pudiera atender hasta a mil estudiantes, en diversas materias y niveles.
A este tipo de modelos se les sumarían otros relevantes en la imaginería nacional, como las misiones culturales, promovidas por José Vasconcelos, y que tuvo como participantes a personajes tan relevantes como Diego Rivera y Salvador Novo. De estas misiones culturales sobreviven las estampas de los maestros ambulantes, de pueblo en pueblo, con bibliotecas básicas llevadas a lomo de mula.
En este tenor es como se da cuenta de la introducción del cine y de la televisión, de la telesecundaria y del INEA, hasta las modalidades contemporáneas de la educación en línea, la educación virtual y el blended learning, herederas todas de esta tradición que con este ensayo quedan al descubierto.
El libro forma parte de la colección Biblioteca Crítica Abierta, serie de Pedagogía 1, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Presentaron el libro la doctora María Teresa Miaja de la Peña, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras y el doctor Francisco Cervantes Pérez, Coordinador de Universidad Abierta y Educación a Distancia, y moderó la doctora Gloria Villegas Moreno, directora de la Facultad de Filosofía y Letras.
Estuvieron presentes también el doctor Eduardo Téllez y Reyes Retana, ex coordinador del SUA de la UNAM; el licenciado Pedro Joel Reyes López, Jefe de la División SUA de la Facultad de Filosofía y Letras, así como profesores y alumnos de la misma facultad.
Martha Diana Bosco Hernández es licenciada y maestra en Pedagogía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha sido Jefa de la División del Sistema Universidad Abierta y Coordinadora del Colegio de Pedagogía de la División de Estudios Profesionales de la Facultad de Filosofía y Letras. Actualmente es profesora asociada B de tiempo completo del Colegio de Pedagogía de la FFyL.
Héctor S. Barrón Soto es licenciado en Estudios Latinoamericanos por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, aprobado con mención honorífica. Autor del libro "La educación en línea y el texto didáctico" y coautor del libro "La educación superior abierta y a distancia en el horizonte del cambio". Ha publicado diversos artículos en revistas especializadas de educación a distancia y ha sido editor de libros de educación abierta y a distancia. Actualmente es académico en la Coordinación de Universidad Abierta y Educación a Distancia.
Artículo tomado de: http://www.eluniversal.com/
1 comentario:
El desarrollo de la educación a distancia en nuestro país es impresionante, si tomamos en cuenta que básicamente surge de un modelo tradicionalista, dirigida en este caso por los lancasterianos como se menciona en el artículo. Sin embargo, esa mala documentación acerca del tema hace que pensemos en la educación a distancia como sinónimo de innovación, lo cual pienso que es falso; es decir, la educación a distancia hace uso de la tecnología y de hecho se dice en el artículo que fue precursora en nuestro país de las telesecundarias entre otras, pero la innovación requiere de hacer uso de todos aquellos materiales y hasta modelos tradicionales (que no son malos) pero dándoles otra intencionalidad, en éste caso,la de mejorar y facilitar el proceso de enseñanza- aprendizaje. De nada sirve que usemos nueva tecnología en la educación a distancia si nuestros métodos pedagógicos siguen siendo los mismos.
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