¿Por qué emplear indicadores en la búsqueda de la calidad a la Educación Virtual y/o Mediada por las Nuevas Tecnologías?
En primer lugar debemos considerar que la calidad es un atributo; es decir, una cualidad: Como tal, es susceptible de ser observada e investigada, y, para ello, pueden emplearse mediciones cualitativas o cuantitativas. En este sentido es importante enfocarnos hacia la identificación de la estructura necesaria para definir indicadores de calidad aplicados a la educación superior a distancia desde la perspectiva formativa. Vamos a partir de la definición aportada en el marco del “Documento de Trabajo” que sirvió como base a la primera reunión sobre estándares de calidad celebrada en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) de Ecuador, en el que se especifica: “El proceso de determinación de estándares de calidad se encuadra dentro de una estructura jerárquica de tres vineles: 1) criterio, 2) estándar y 3) indicador. El criterio es un factor crítico para el buen funcionamiento de una organización, mientras que el indicador de calidad es una magnitud más operativa que permite el cumplimiento de un estándar, es decir, verificar la ejecución del estándar, por lo que actúan como variables de control, tal y como se entienden en la última versión de la Norma ISO 9001 (Sistemas de gestión de calidad. Requisitos)”.1
El uso de indicadores se ha generalizado en la mayoría de las disciplinas que buscan establecer mayores niveles de rendimiento, porque expresan en forma sencilla y accesible la relación existente entre dos variables, facilitando así medir un resultado. Por ejemplo, un indicador de Tutoría debería establecerse observando cada 24 horas la relación entre la cantidad de solicitudes cursadas por estudiantes que han sido satisfechas por el Tutor, y la cantidad de respuesta emitidas por el Tutor en un lapso de 24 horas, según el estándar fijado con antelación. De este modo los indicadores se representan como una medida implícita que debe ser utilizada para medir el nivel de desempeño de los Tutores, desde la idea de su atención personalizada a los estudiantes para contribuir a aumentar la calidad de la educación.
Al mismo tiempo, los indicadores constituyen una señal que revela, en términos de calidad, de que manera se está avanzando hacia el logro de los objetivos propuestos. Por ello, son un medio que permite medir lo que realmente sucede en comparación con lo que se ha planificado. Pero los indicadores deberían ser útiles, demás, para evaluar otras funciones más complejas del proceso formativo. Podrían servir por ejemplo para:
Describir el estado de situación existente de modo que, a partir de allí, se puedan medir los cambios en un lapso determinado.
Juzgar la calidad, la eficiencia o la productividad – entre otros aspecto – de los programas académicos o de sus componentes, como la matricula o la planta académica sumada al porcentaje de titulación, que es un indicador usualmente empleado para calificar la eficiencia de una institución educativa, implícito el nivel académico de los egresados.
Conocer oportunamente la evolución en el tiempo y el espacio de los diferentes parámetros que impactan en el proceso formativo, así como la incidencia de eventos extraordinarios.
Según Silvia Schmelkes en su ponencia “Calidad de la Educación y Gestión Escolar” presentada en el primer seminario México-España; un proceso de mejora de calidad solo puede iniciarse cuando se evidencian problemas y cuestiones por resolver. Por tanto, es preciso contar con información diagnostica que facilite establecer un seguimiento permanente de los procesos formativos. Ello exige contar con mediciones.
Podemos observar entonces, que la importancia de introducir indicadores de calidad reside en su uso como herramienta al servicio de la toma de decisiones al momento de evaluar. La eficiencia de los programas académicos. Y, particularmente, aparece como una condición necesaria para la aplicación de determinadas políticas vinculadas al nivel de resultados alcanzados. Su elaboración con elementos técnicos sencillos facilita que diferentes sectores y actores interesados puedan acceder a ellos. Y debe tenerse en cuenta que las instituciones de educación a distancia y/o con educación que sea mediada a través de las tecnologías los necesitan tanto como los usuarios.
1 Romero Fernández, Luis Miguel y María José Rubio Gómez. “Los modelos de calidad y el centro virtual para el desarrollo de estándares de calidad para la educación superior a distancia en América Latina y el Caribe”. Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Trabajo presentado en Virtual Educa 2004, Barcelona.
2 comentarios:
Inicialmente, cuando se introdujo el vocablo de calidad al léxico mexicano no se tenía en realidad un concpeto definido acerca de lo que en verdad quería decir y se le relacionaba con la competencia y posteriormente con la competitividad. Actualmente es interesante el cómo ya a estas alturas hablamos de indicadores que nos permitan medir el grado de la calidad, pudiendose aplicar en practicamente todos los contextos de nuestra vida cotidiana. Muy interesante el artículo.
La determinación previa de indicadores de calidad, nos permite realizar todas las actividades en caminadas a buscar dicha calidad.
Además son un medio para identificar también recursos, de cualquier tipo y evitar problemas a futuro.
Sin ellos se estaría a la deriva y aún peor, no se obtendría la calidad que tanto se busca y se necesita con urgencia dentro de los sistemas educativos de cualquier parte del mundo.
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